
RamblaCultural

La Parroquia de San Juan Bautista.
Es un edificio singular, de larga historia que, como ya se ha indicado, arranca de la primera mitad del siglo XVI; ha sido edificada poco a poco, pieza a pieza, a lo largo de más de cuatro siglos y medio, en función de las necesidades y posibilidades de sus feligreses. ¡Cuántos afanes, promesas, desvelos, devociones y fe ha sido puestos por los hijos de San Juan de la Rambla a través de los siglos para tener una casa de oración digna.
A lo largo de más de 460 años ha sido el núcleo aglutinador de la fe, inquietudes, devociones y esperanzas de los vecinos de este municipio y, hasta mediados del siglo pasado, lugar de descanso eterno para los mismos.
El edificio que describimos, nada o casi nada tiene que ver con la ermita original. En la actualidad, cuenta con dos naves, una principal más ancha y otra lateral adosada por el lado del evangelio. En la cabecera la capilla mayor, y a los lados dos bien amplias conforman otra de crucero. En la pared norte se añadieron posteriormente el camerín del Nazareno, la del Cristo de los Dolores con su sacristía y la bautismal.
Airosos arcos de medio punto moldurados separan ambas naves, apoyados en pilares cilíndricos de orden toscano que descansan sobre plintos; todo en piedra labrada, extraída de las canteras locales.
Las cubiertas son artesonados con armaduras de par y nudillo, en madera de tea que aparece en color natural. Solamente las partes correspondientes al primer tramo de la nave lateral, así como las de las capillas del Rosario y la Inmaculada, presentan decoraciones de lacería, doradas con piñas en los primeros casos y una pintura simulando el cielo de una paloma símbolo del Espíritu Santo en el otro.
La piedra de cantería se utiliza igualmente en los arcos de acceso a las sacristías, capilla bautismal. Las paredes son de mampostería, encaladas de blanco tanto en el interior como en el exterior del edificio, cubierto de tejas árabes.
Las losas originales de piedra que formaban el piso, fueron sustituidas en su día por otras modernas, con la consiguiente pérdida estética.
En la fachada, sencilla, destacan dos arcos de cantería con sus puertas de casetones, cuyo trazado corresponde al medio punto. Encima de los mismos se abren sendas ventanas rectangulares acristaladas. Otro arco cegado es lo que resta de la primitiva puerta abierta en la pared sur de la nave mayor.
En el lado norte está la torre formada por tres cuerpos de sillares lisos de piedra gris, separados por baquetones. Cuatro arquillos de medio punto abiertos en el último contienen las campanas; cuerpo que tuvo un balcón cerrado por baranda de casetones y balaustrines, así como un chapitel en forma de pirámide, también lamentablemente destruido para levantar otro en su lugar- donde se colocó un reloj de cuatro esferas- cubierto por un tejadillo con alero salpicado de pequeñas ménsulas, al que se le añadió uno de base menor decorado con celosías, cubierto también de tejas y rematado por un pináculo de forma apiramidada coronado por una veleta.. Obra que desdice de la estética general del edificio, realizada en torno a la década de los cincuenta.
Sobre la evolución sufrida por la parroquia, se aprecian inmediatamente los notabilísimos cambios experimentados a través de los tiempos… La primitiva ermita, poco a poco, se fue convirtiendo en espacioso recinto de dos naves, más otro de crucero integrada por las capillas del Rosario y la Inmaculada, a las que hay que añadir la mayor.

Capilla Mayor
De regulares proporciones y planta rectangular, forma la cabecera de la iglesia, accediéndose a ella mediante unas gradas. En sus muros laterales se abren dos arcos de cantería de medio punto, cerrados por sendas puertas, por las que se pasa a las sacristías. Sobre el lado de la epístola un ventanal de trazado similar, siendo la cubierta, al igual que la del resto del edificio de artesonado.
· El retablo
El retablo que se halla en la misma cubre toda la superficie de la pared de fondo. Dispone de amplio banco en el que descansan sus tres calles, divididas en dos pisos. Tres hornacinas se abren en el inferior una en el centro del superior, flanqueada por dos óleos.
Se trata de una obra de madera tallada, policromada y orada con fondo blanco, destacando la separación de las antedichas calles por columnas salomónicas pareadas. Carece de ático, hallándose en su lugar una tarja en la que aparecen dos leones rampantes sosteniendo una cartela coronada, en cuyo interior, destacan una tiara papal y dos llaves cruzadas.
En el nicho del lado de la epístola se halla expuesto San Sebastián, En el evangelio San Pedro y en el superior, San Juan Bautista. Los lienzos citados representan la Anunciación y al patriarca San José.
· Imágenes y pintura
Comenzaremos por las obras pictóricas.
En el lienzo de la Anunciación, aparece María arrodillada en un reclinatorio ante un libro abierto. Detrás un jarrón con flores y enfrente un ángel portando una rama de azucenas. En lo alto, el Espíritu Santo entre rayos, nubes y querubines. En la parte inferior del mueble unas inscripción indica que fue donado en 1759.
La otra pintura representa a San José, de pie, sosteniendo en sus brazos al Niño Jesús.
La imagen de San Juan Bautista que se venera actualmente es una talla policromada y estofada, el cuerpo es de madera de vinátigo y la cabeza en caoba. Esta talla fue restaurada recientemente por imaginero Ezequiel de León.
La otra imagen que se pocesiona, procede de los talleres de Tomás Marqués de Barcelona, donde fue adquirida en 1923. Su aspecto es el de un joven barbado, cubierto por pelliza de lana y manto rojo. Lleva en la mano izquierda una banderola.
El crucificado actual es una talla policromada, de ojos pintados estornudos y boca entreabierta. Las sienes ceñidas por una corona de espina formada por cuerdas trenzadas, y el paño de pureza de lienzo encolado, recogido en el costado izquierdo.
La de San Pedro Apóstol es una magnífica talla en madera estofada y policromada. Sin lugar a dudas, se la puede considerar como una de las mejores de esta iglesia. Viste túnica y manto recogido por delante con la mano izquierda, oprimiendo contra su costado un grueso libro. En la otra mano sostiene una llave.
San Sebastián es otra talla interesante, asimismo estofada y policromada
San Francisco de Asís es otra talla interesante, asimismo estofada y policromada. Sostiene un crucifijo en la mano derecha. El hábito presenta decoración floral.( esto para retablo del Carmen).

CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
· El retablo
Se halla situada junto a la cabecera de la iglesia en el lado del evangelio, enfrentada a la Inmaculada y de proporciones similares, aunque de mayor antigüedad. En ella sobresalen dos amplios arcos de cantería, uno limítrofe con la nave mayoLa obra que hoy contemplamos es una muestra barroca de estípites abalaustrados, formada por dos cuerpos divididos en tres calles por dichas piezas. El inferior presenta tres hornacinas; la central de tamaño mayor, destinada a la Virgen del Rosario, ocupada en la actualidad por la Sagrada Familia, encontrándose en las laterales Cristo Resucitado y San Antonio de Padua. En el superior, tres óleos sobre lienzo representando a Santo Domingo de Guzmán, la Coronación de María y Santo Tomás de Aquino.
La decoración, aparte de los adornos principales a base de los citados estípites, está organizada con motivos florales policromados.
· Imágenes y pinturas
La efigie de Nuestra Señora del Rosario es de las denominadas ¨de candelero¨, pues solamente tiene talladas cabeza y manos. Está vestida con tejidos naturales y peluca. Su rostro es de facciones delicadas, con nariz recta y labios pequeños cerrados, esbozando una leve sonrisa. Su aspecto frontal delata una antigüedad difícil de precisar por los repintes que ha sufrido.
El Niño Jesús es una bella talla policromada, con ojos de vidrio azul zafiro, lamentablemente destrozado y retirado del culto desde que se formó el mencionado grupo de la Sagrada Familia(1910).
La figura de San José existía en la parroquia desde mucho antes, Si bien hoy, se haya sensiblemente desfigurada por restauraciones que impiden apreciar su calidad originaria.
El Cristo Resucitado se encuentra en la hornacina del cuerpo bajo del evangelio. Efigie de 1911. Se trata de una interesante escultura policromada en la que Jesús, en actitud de bendecir, solo está cubierto por un paño de pureza.
San Antonio de Padua está expuesto en la hornacina del lado de la epístola. Viste hábito franciscano y porta una barra de azucenas, sosteniendo sobre un libro al Niño Jesús.r y el otro con la colateral.

CAPILLA DE LA INMACULADA
Se encuentra ubicada en el lado de la epístola junto a la cabecera de la nave mayor, separa de ésta por un arco, siendo antagónica de la ya tratada de N.S. del Rosario.
Desde el comienzo de los trámites hasta la culminación del edificio transcurrieron diecisiete años. Sin embargo, la apertura al culto se retrasó más de lo esperado. La bendición de dicha capilla se verificó en el mes de marzo de mil ochocientos nueve.
· El retablo:
Cubriendo todo el testero hasta su unión con la techumbre, se alza el retablo de madera policromada y dorada. Sobre amplio banco, un único cuerpo dividido en tres calles separadas por elegantes columnillas. Como remate un ático que muestra en el centro un lienzo representando a la Virgen con el Niño y San Francisco en actitud orante. Los diferentes elementos arquitectónicos que conforman su estructura están pintados simulando mármoles y jaspes veteados en tonalidades blancas, verdes y rojas, orlados de oro.
En la hornacina principal se venera a la Inmaculada Concepción bajo un sol de rayos de plata. Las laterales, de menor tamaño, contienen las imágenes de San Fernando y San Miguel. En 1807 ya se hallaba terminado.
· La imagen titular:
La imagen que se venera actualmente es de Cuba. Se trata de una bella interpretación de la Virgen, de las denominadas de candelero, que solo tienen talladas y policromadas la cabeza y las manos. Representada de pie con las manos unidas en actitud orante. El pelo natural le cae abundantemente sobre los hombros y espalda. Ciñe sus sienes una corona de imperios rodeada por un halo de doce estrellas con piedras de colores, todo de plata dorada. A sus pies, una luna.
· Otras imágenes:
La de San Fernando Rey es una talla estofada y policromada. Aparece de pie, vestido de guerrero, empuñando una espada en la mano derecha mientras que con la otra sostiene un globo rematado por una cruz. La peana tiene forma de cojín en su parte superior. Figura inventariada en 1702, época en la que se hallaba expuesta en el altar de N.S. del Rosario, y en 1724 en el retablo mayor.
El arcángel San Miguel es otra escultura policromada. Representado como jefe de las legiones celestiales, cubierto de armadura y casco, porta espada y balanza con dos figuras de almas. De su espalda salen sendas alas rectas. Y a los pies, el demonio sobre una basa dorada con grandes asas.
En la parte oeste de esta capilla, se colocó en 1932 una imagen de Santa Teresita del Niño Jesús en una hornacina de madera.

RETABLO DEL CALVARIO:
Es el primero que encontramos al entrar en el templo por la puerta principal de la nave lateral o del Rosario. Un amplio arco campanilla enmarca su única hornacina, que flanquean dos pares de estípites abalaustrados sosteniendo un entablamento coronado por gran remate con cartela. Adosados a los laterales, sendos tableros recortados. Todo ornamentado con motivos florales policromados y dorados. En él se expone el grupo del Calvario formado por el Crucificado, la Dolorosa y San Juan Evangelista.
· Las imágenes:
El Crucificadode madera tallada y policromada. Representa a Cristo muerto, con los ojos cerrados y la boca entreabierta. El pelo le cae sobre la espalda y un mechón sobre el hombro derecho. El cuerpo muy estirado, cubierto de un paño de pureza de abundantes pliegues anudado a los lados.
La Dolorosa es una imagen de las denominadas de candelero, preparada para llevar vestiduras de tela. La cabeza inclinada hacia su lado derecho. La boca entreabierta, los ojos elevados y el ceño fruncido, consiguen que su rostro refleje un contenido de dolor. La mano diestra la apoya en el pecho, mientras extiende la otra al frente. Viste túnica y manto de terciopelo negro, luciendo solio de rayos de plata con una piedra blanca al centro y el consabido puñal clavado en el corazón.
El grupo, como ya quedó dicho, lo completa San Juan Evangelista, figura moderna de vestir, adquirida en 1904.

RETABLO DE JESÚS NAZARENO:
Contiguo al Calvario y formado por un solo cuerpo dividido en tres calles. Finos estípites abalaustrados destacan sobre fondos blancos y rojos cubiertos por abundante decoración vegetal en tonos dorados. Una pintura representativa de San Cayetano se sitúa en el ático y otra de María y Jesús en el banco.
Las hornacinas laterales acogen a la Virgen de Fátima y a la del Pilar, hallándose expuesta en la central la efigie del Nazareno, que luce túnica de terciopelo rojo y solio de rayos de plata orlado de querubines. A sus pies, dos angelitos sentados sostienen las borlas del cíngulo.
Esta imagen, de vestir, solamente tiene talladas la cabeza, manos y piernas. El pelo y la barba dispuesto en rígidas ondas. Los ojos grandes pintados de marrón; la boca entreabierta, imprimiéndole los hilillos de sangre que surcan su rostro de sienes ceñidas por una corona de espinas, un gran dramatismo.
Muchísimo más tarde y para guardar las pertenencias de esta imagen, se construyó un camarín. Adosado a la pared exterior de la nave lateral del templo, aproximadamente detrás, se accede al mismo por un arco de cantería con su correspondiente puerta del retablo

CAPILLA DEL CRISTO DE LOS DOLORES:
Abierta en el muro norte de la iglesia, entre el camarín del Nazareno y el retablo del Corazón de Jesús. Se accede a la misma mediante un arco de medio punto flanqueado por columnas adosadas, rematado en una cruz sobre una cartela organizada a base de motivos vegetales, en cuyo centro figura la leyenda "Sto. Christo". Todo en piedra gris labrada. Impide el paso una verja de hierro forjado.
El interior es de reducidas dimensiones, de planta rectangular y cubierta de tea que en los ángulos simulan sostener unas pétreas columnillas apoyadas en ménsulas. Las paredes blancas con zócalo de jaspe, aunque originariamente estuvieron pintadas al óleo, imitando damasco de seda rojo. En la parte superior izquierda, dos ventanas contiguas, de cantería, cerradas por cristales. En la otra una puerta comunica con la sacristía. El piso es de mármol, destacando en el centro una losa de igual material.
Un retablo de caoba adosado al testero, formado a base de elementos góticos fileteados de oro, acoge, su única hornacina en forma de arco apuntado y en una cruz chapada en plata de ley, a la imagen titular.
La construcción de esta capilla se inició en 1923 y duraron tres años. La piedra empleada de extrajo de las canteras del lugar, donde también residían de los maestros artesanos que se encargaron de labrarla.
El Cristo es una talla policromada, de brazos articulados para poder utilizarlo como yacente. De cuerpo suavemente curvado y cabeza coronada de espinas inclinada hacia su lado derecho, muestra los ojos cerrados y la boca entreabierta. El pelo le cae en mechones sobre el pecho y la espalda. Lleva un paño de pureza de acartonados pliegues, atado a la cintura. Luce solio de finos rayos que parten de un centro en forma de nubes.

RETABLO DEL CORAZÓN DE JESÚS:
Situado entre las capillas del Cristo de los Dolores y de Nuestra Señora del Rosario, las transformaciones y repintes impiden conocer su primitivo estado. Interesantes columnas pareadas separan las tres calles en que está dividido su único cuerpo, rematado por un ático enmarcado en grandes cartelas en el que figura una pintura del Gran Poder de Dios. Toda la estructura está decorada con motivos vegetales en tonos rojos, azules y dorados que destacan sobre fondo blanco.
En la Hornacina central una imagen moderna del Sagrado Corazón de Jesús, adquirida en 1914.
Un niño Jesús se halla expuesto en uno de los nichos laterales. Figura de pie con los brazos extendidos. De facciones bien formadas: boca menuda que parece esbozar una leve sonrisa, ojos grandes pintados de marrón, frente ancha y despejada. El pelo muy bien labrado formándole rizos, así como una gran moña en lo alto peinada hacia atrás. Viste túnica de terciopelo rojo bordado en oro, luciendo sobre su cabeza una media luna de rayos flameados en plata repujada.
La otra hornacina está ocupada por una talla estofada y policromada de San Juan Nepomuceno. Viste sotana negra, roquete blanco y media capa con ramos dorados. En la mano izquierda sostiene una palma. El rostro barbado con los ojos dirigidos a lo alto y expresión atribulada. Se cubre con un bonete del que prenden unas borlas.

RETABLO DE LAS ÁNIMAS:
Ubicado en la pared lateral de la nave mayor, a los pies de la misma. Contiene solamente un cuadro con el tema de la Ánimas del Purgatorio, flanqueado por dos estilizados estípites abalaustrados, que soportan amplio entablamento. Remata el conjunto un tablero recortado, en cuyo centro una cartela muestra sobre dos tibias una calavera con mitra. Otros tableros también recortados enmarcan lateralmente el retablo. Todo decorado con grandes hojarascas enlazadas en sinuosas y amplias curvas, predominando los tonos rojos, verdes y dorados que destacan sobre fondo blanco.
En el lienzo pintado al óleo, de grandes dimensiones, se distinguen tres planos bien diferenciados. En el inferior las almas entre llamas. A los lados una serie de personajes, destacando un obispo revestido de ornamentos propios de su rango, clérigos, etc.; así como San Miguel Arcángel y la Virgen María en actitud protectora. El centro está ocupado por dos ángeles elevando un alma. En lo alto la Trinidad rodeada de santos y otros seres celestiales.

RETABLO DE LA VIRGEN DEL CARMEN:
En la pared de la nave mayor junto al crucero, se encuentra adosado este retablo de un solo cuerpo, dividido en tres calles enmarcadas por estípites abalaustrados. Motivos vegetales cubren sus elementos con un claro predominio de rojos y dorados. El ático muestra una pintura que parece representar al Salvador en actitud de bendecir, sosteniendo en la mano izquierda un libro.
La hornacina central acoge a la Virgen del Carmen, talla de vestir adquirida en 1909. Luce túnica y manto blanco con ramos florales amarillos, escapulario marrón y toca de encaje. En el brazo izquierdo sostiene a su hijo.
En pequeño nicho abierto en el banco, un Niño Jesús de madera policromada.
San Francisco de Asís es otra talla interesante, asimismo estofada y policromada. Sostiene un crucifijo en la mano derecha, al que dirige una mirada extasiada. El hábito presenta decoración floral.
En el otro, Santa Rita de Casia, obra en lienzo encolado y pintado, la cual sólo tiene esculpidas cabeza y manos. Viste el hábito negro de las angustias ermitañas, decorado con flores doradas. De bello rostro oval y mirada extasiada. Destaca en su frente una llaga. Porta en la mano derecha un crucifijo y en la izquierda una palma plateada con tres coronas.